Revista Virtual de Arte y Literatura ARLEQUIN 4

Entonces con una lealtad a la todopoderosa poesía y entendiendo al arte como instrumento que humaniza al hombre, surge ARLEQUÍN para reafirmar que quizá las artes no trasformen el mundo, excepto en la medida que siguen cambiando nuestras vidas y que la poesía no sirva para nada excepto para vivir.

viernes

ART & POESIA(Pepe Martín)

ART & POESIA




MI SOLEDAD AMPUTADA.

Esta tarde no es como otras,
esta tarde puedes amputar mi soledad.
Podemos ser dos sombras apasionadas que ocultan su deseo al sol,
aunque él inexorable sol las alargue al horizonte del olvido.
Puede que luego, cada noche me ahoguen las angustias de tu falta,
y queden las tuyas caídas como un chal de percal negro.

Puede que luego sienta mis ojos, tentáculos de luna,
huérfanos de tu piel sin poderla llevar a mis pupilas
Puede que mi amanecer sea el piano
que ofrezca su hombro amigo a mi tristeza,
porque ya no sienta que mi sangre fluye con destino a tu carne,
porque ya no vea en mis brazos látigos para amarrarte a mí.

Entonces, puede que mi pasión quede sentada al aldabón de tu puerta.
Pero esta tarde, esta tarde es hoy y ahora,
esta tarde puedes amputar mi soledad.
¡Mujer! Verso moreno…

Cuando nos miramos dentro observamos los relojes parados,
y no es que estemos muertos, es que el espacio es un ahora oculto.
aquí y ahora estamos, dormidos los pájaros de nuestro futuro,
dando cama a nuestros cuerpos enlazados,
yaciendo en el abismo entre dos pechos,
tomando luz en tu alma que es estrella de oficio.

Mil esquinas tiene el mundo, pero la mía se ha agotado a tu puerta.
Sé que el fuego no tiene manos pero las mías te queman,
mis manos serán la mecha incombustible que incendie nuestros cuerpos.
porque voy a arrancarte el deseo que arranca en la base de tu cuello.

Mi pasión tiene conductores azules para guardarte mar adentro,
Quiero aprenderte con mi lengua, caracol de luna
por los vientres de tu noche
mientras bajan relámpagos por mi espalda a beber tu cuerpo.
Disfrutaremos estos trueques de ocios turbios obsequiados,
cortaré las ramas de mi boca con tu balbucir sonoro,
y te obsequiaré mis lanzas de emociones cumbre de mis instintos.

Quiero que tu cielo no me falte,
porque esta tarde me reservo el derecho de gemir con tus caricias.
No sé predecir el mañana,
pero esta tarde has amputado mi soledad
y puede que mi aurora.

Pepe Martín
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